Como primer momento para esta celebración, se rezó el rosario a los pies de imagen de la Virgen del Carmen para poner ante la presencia de Dios a todos los habitantes de nuestro hermoso país, a los enfermos y a los más necesitados. Los jóvenes de nuestra diócesis junto al coro de la comunidad Apóstol Pedro, participaron en esta instancia.

Conforme pasaba el tiempo las bancas del santuario del cerro se iban llenando de más fieles, y ya a las 18:00 horas se inició la santa misa la cual fue presidida por nuestro obispo, el padre Galo Fernández y concelebrada junto a otros sacerdotes.

Luego de las lecturas del día, monseñor Fernández expresó en su homilía que aunque no se pudo realizar la tradicional procesión de igual forma nos reunimos para manifestar el amor por la Virgen Santísima y el consagrar nuestra fe con toda la ciudad.

“Hoy no hemos podido hacer todavía la procesión, pero hemos querido reunirnos aquí arriba en lo alto del cerro, junto a la imagen de la Virgen del Carmen para rezar por Chile y para celebrar juntos la Eucaristía. La fe no es indiferente al devenir de la patria, la fe que nos anima en Jesucristo nos alienta a preocuparnos por el mundo en que vivimos, por aportar a la construcción de la ciudad justa, la ciudad conforme al querer de Dios”.

Centrarse en lo importante
En sus palabras nuestro pastor también hizo una invitación a la reconversión a esta patria nuestra que sufre por el manejo injusto de los bienes de la tierra.

“Es paradojal porque hemos vivido en los últimos años tiempos de progreso, de crecimiento económico, sin embargo, hay una herida gigante y es porque el crecimiento económico no ha sido repartido equitativamente. Es cierto que el malestar social deja en evidencia como los bienes materiales no satisfacen el corazón, es bien paradojal como teniendo Chile tanta más riqueza, tiene menos felicidad, menos alegría para vivir, incluso en la familia lo podemos experimentar, cuantas familias antiguamente vivían con menos, pero centrados en lo verdaderamente importante”.

Así mismo, habló del desafío que tiene Chile en el proceso constituyente que se vive actualmente: “Un proceso que tiene que ser vivido desde la capacidad de integrar distintas visiones, que no nos preocupe de donde viene la idea buena, que nos preocupe escucharla, acogerla, integrarla. Pienso que el desafío de esa comunidad (convención constituyente) es el diálogo para buscar el bien”.

Que el amor nos movilice
Por último, nuestro obispo hizo una invitación a aportar como cristianos el amor que viene de Jesucristo, el amor como fuerza para dignificar la vida social.

“Que el amor nos movilice, que el amor que busca no contraponerse al otro sino reconocerlo como un hermano, tal vez es lo más precioso que los cristianos tenemos que aportar en la construcción de la patria. La patria se construye desde la convicción profunda de que al fin y al cabo somos hermanos, los que compartimos la fe lo experimentamos profundamente, lo sabemos como una verdad revelada, pero incluso con aquellos que no comparten la fe”.

Ya para el momento del ofertorio se presentó ante el altar árboles nativos, que representan el compromiso por cuidar la casa común, como signo de esto se plantó una palmera chilena en el santuario. También se presentó una bandera chilena que fue entregada por una pareja con vestimenta de huasos y por último el pan y el vino fruto del trabajo de nuestros hermanos y hermanas.

Como momento final de esta celebración por el Día de Oración por Chile se invitó a los fieles a ubicarse en la explanada a los pies de la imagen de la Virgen del Carmen para realizar una oración, y luego se invito a mirar a la ciudad de Talca en todo su esplendor desde este punto del cerro para tener presente a todo el país, con sus dolores y esperanzas, unidos pidiendo la intercesión de María Santísima con la Oración por Chile.

Fuente: Comunicaciones Talca
Talca, 27-09-2021