Obispo Jorge Vega envía mensaje de despedida al Pueblo de Dios en Illapel

Obispo Jorge Vega envía mensaje de despedida al Pueblo de Dios en Illapel

Pocas horas después de conocerse el nombramiento de monseñor Vega como obispo electo de Valparaíso, el prelado envía una carta a las comunidades de Illapel.

 
Martes 08 de Junio de 2021
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Al clero, a la vida consagrada y al pueblo fiel de la Prelatura de Illapel

Queridos hermanos en el Señor:

Reciban mis saludos, junto a los votos de paz, salud y alegría en el Espíritu Santo.
Hace pocas horas la Nunciatura Apostólica ha hecho público mi nombramiento, por parte del Santo Padre el Papa Francisco, como nuevo Obispo de la Diócesis de Valparaíso.

No puedo negarlo, este nombramiento me tomó de sorpresa, y lo he aceptado, pues como consagrado y más aún como obispo, debo obediencia a mis superiores, en este caso al Santo Padre.
En pocas semanas más tendré que partir para asumir las nuevas responsabilidades que se me han encomendado. Por causa de la pandemia y lo cambiante de las fases del Plan Paso a Paso, no tengo la certeza de poder despedirme personalmente de cada comunidad eclesial y de cada uno de ustedes. Ante esta situación he decidido escribirles algunas palabras.

Quiero que estas palabras sean sobre todo de agradecimiento. En primer lugar a los sacerdotes con los cuales he compartido la tarea anunciar el Evangelio de Jesús en esta bella Provincia del Choapa. A cada uno de ellos quiero agradecerles la amistad y el cariño que me han entregado.
Quiero agradecer a la vida consagrada presente en la Prelatura de Illapel. Muchas veces, por falta de vocaciones, no ha sido fácil mantener su presencia entre nosotros, pero el amor al Señor y el cariño que tienen por esta Iglesia que peregrina en los valles del Choapa, con mucho sacrificio mantienen su presencia. Dios quiera que en breve puedan reforzar su presencia en medio de las diferentes comunidades eclesiales.

Mis agradecimientos se dirigen a tantos agentes pastorales de las diferentes parroquias -catequistas, encargados de capillas, miembros de los Consejos Pastorales, encargados de la litúrgica, profesores de religión, profesores católicos- que se esfuerzan por mantener la encendida la llama de la fe en sus hermanos. Muchas gracias, el Señor recompensará lo que hacen.

Debo agradecer de corazón a tantas personas que durante esta pandemia han colaborado con el Obispado, o sus respectivas parroquias, para poder ir en ayuda de los necesitados de la Prelatura. Dios sabrá recompensar su generosidad.

Tampoco puedo dejar de agradecer a las diferentes autoridades con las cuales me ha correspondido interactuar: Senadores, Diputados, Gobernadores, Alcaldes, a los jefes de nuestras policías. A las organizaciones de la sociedad civil con las cuales me relacioné estrechamente, como son la Cruz Roja, El Club de Leones, El Club de Rotarios. El Club los Doce Amigos, La Asociación de Mineros, el Club de Aviación. A todos, gracias la amistad y por todo el apoyo que me brindaron y brindan a las actividades de nuestra comunidad eclesial.

Al partir quiero compartir con ustedes algo muy personal. Durante estos años como Obispo de esta Prelatura de Illapel, he podido palpar como Dios, se hace presente en medio de su pueblo. He conocido y compartido con muchas personas que cada día se esfuerzan por vivir una vida de santidad. Ellas me han edificado espiritualmente.

Pero también pude darme cuenta como el maligno, por medio de diferentes individuos, actúa buscando entorpecer la tarea de quienes evangelizan. Les invito a estar siempre atentos a estas acciones y cuidarse de ellos.

Me preocupan los desafíos que aún quedan por enfrentar. Desafíos sociales y desafíos pastorales. Cuando me refiero a desafíos sociales estoy prensando en el narcotráfico, que como un cáncer se ha ido ramificando en nuestras ciudades y barrios. Pienso también en la larga sequía que nos está azotando y de la cual no hay indicios de su retirada. Es preocupante el desastres social y económico que está provocando la pandemia del Covid19.

Cuando pienso en desafíos pastorales estoy pensando en esa juventud que se percibe tan alejada de lo sagrado. En tantas personas que por nunca haber tenido un encuentro personal con el Señor, hoy son indiferentes a los acciones de Dios en sus vidas.
Como discípulos de Jesús no podemos no quedar ajeno a estas situaciones. Éstas situaciones debemos transformarlas en desafíos a ser enfrentados.
Mi salida definitiva está prevista para algunas semanas más. Pero desde hoy hasta esa fecha continuaré al frente de la Prelatura, pero en calidad de Administrador Diocesano. Lo que implica que tengo atribuciones limitadas.

Debo confesar que al partir lo hago con dos grandes sentimientos. Con tristeza, pues, en estos once años que he servido como Obispo en la Prelatura de Illapel, con muchos de ustedes he conseguido construir una relación de amistad, que espero se mantenga en el tiempo. También parto con mucha paz, pues en estos años he buscado, con mis luces y sombras, servir al Señor, servirles a ustedes, su pueblo fiel, con un único objetivo: que puedan tener un encuentro personal con Cristo Resucitado. Creo haber logrado en parte esto.

Quiero pedirles que al Obispo que me suceda como pastor, lo acojan con el mismo cariño que me acogieron a mí. Seguramente vendrá con nuevas frescas ideas que ayudarán en el caminar eclesial.
Al despedirme no digo adiós, pues tengo la esperanza de volver a visitarles de vez en cuando, o que también nuestros caminos de fe en algún momento vuelvan a cruzarse, por tanto, mi despedida es un: “hasta siempre, que Dios les bendiga y proteja”.
En el Señor, en María su madre y San José les entrego mi bendición episcopal.

Illapel, 08 de junio de 2021.

+ Jorge Patricio, svd


Fuente: Prelatura de Illapel

Illapel, 08-06-2021
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