La celebración se llevó a cabo en la parroquia Sagrada Familia de Curicó Rural, y fue presidida por nuestro Administrador Apostólico, el obispo Galo Fernández Villaseca y concelebrada por el Vicario de Curicó, el padre Rodrigo Arriagada Mora, entre otros sacerdotes. El padre Rodrigo, luego de las lecturas del día leyó el decreto donde se instituyen a los dos seminaristas como ministros acólitos, una vez finalizada la ceremonia y firmado este documento.

Acto seguido, el vicario procedió a llamar a los dos jóvenes aspirantes al sacerdocio a sentarse frente al altar y seguidamente el obispo Galo Fernández dirigió unas palabras a ellos y a los pocos fieles presentes en la celebración eucarística.

“Celebramos un momento que quiere marcar un paso en el itinerario hacia la ordenación diaconal y luego la ordenación presbiteral, este es el último de los pasos que uno puede decir todavía que no son definitivos ni absolutos, pero marcan una determinación fuerte en este camino, el próximo paso Dios mediante el diaconado, ya compromete la vida entera”.

De igual forma, el pastor diocesano aseveró que en este día la Iglesia los habilita como ministros de la Eucaristía, para colaborar en el altar y en las distintas cosas que preparan la celebración, pero lo que marca verdaderamente es el sentido mismo de este itinerario que los va preparando para dar un paso definitivo.

Proclamar el Evangelio de la misericordia
El obispo también citó el texto bíblico de Jonás, dando a entender que no importa los tiempos que vivamos o lo complejo que sea, siempre mirando a las nuevas generaciones tenemos el desafío y la responsabilidad de compartir el llamado que viene de Dios: “Ciertamente el Evangelio que se les confía, no será como las palabras de Jonás que anda anunciando el castigo y la ira de Dios, más bien estarán invitados a proclamar el Evangelio de la misericordia, de la bondad de nuestro Dios”.

Por último, el padre Galo Fernández les realizó una invitación a los dos seminaristas para que “cuiden verdaderamente de no solo ser buenos funcionarios y profesionales en el manejo de las cosas litúrgicas, cuiden de ser los primeros en nutrirse de la cercanía del altar, del misterio de la presencia de Dios que se regala y transforma nuestros corazones y nuestras vidas”.

Finalizada la homilía, los seminaristas se presentaron frente al obispo de rodillas para recibir la bendición en esta institución como ministros acólitos. Posteriormente, le entregó a cada uno el cáliz como signo de dignidad para poder servir la mesa del Señor y de la Iglesia. Acto seguido ambos seminaristas fueron presentados a todos los fieles como nuevos ministros acólitos.

Antes de concluir la Eucaristía el seminarista José Maldonado, dio las gracias a Dios por este momento en nombre de ambos: “Él es el que nos llama a poder servirle más estrechamente, unirnos más a la Eucaristía, al altar, pero sabiendo que la misa no es solamente un punto de llegada sino también un punto de partida para salir al encuentro de los demás. Quisiera darle las gracias a todos ustedes que representan a la Iglesia, la comunidad de los bautizados, especialmente a la gente de esta comunidad Sagrada Familia, iglesia concreta que Dios dispuso en mi camino, gracias al padre Víctor en quien yo vi como testimonio cuan feliz puede ser un sacerdote por su entrega, por su exigencia y por su alegría (…) gracias a todos por acompañarnos en este camino”.

Fuente: Comunicaciones Talca
Sagrada Familia, 01-03-2021