Hna. Olga Quinteros cmst., se despide de la diócesis.

Hna. Olga Quinteros cmst., se despide de la diócesis.

Religiosa mexicana regresa a su país, tras trece años en Copiapó.

 
Jueves 10 de Diciembre de 2020
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Con una misa en el campamento Fernando Ariztía de Copiapó, la Hermana Olga Quinteros, de la congregación Misioneras Carmelitas de Santa Teresa, se despidió de la diócesis para volver a su natal México.

La misa fue presidida por el Obispo, Monseñor Ricardo Morales, la tarde de este lunes 7 de diciembre, y se celebró frente a una vivienda, hasta donde llegaron las familias del sector, mayormente migrantes, para despedir a la religiosa y agradecer su labor.

En su homilía, el Obispo reconoció la labor de las religiosas mexicanas, como “flores en el desierto”. Dijo que “en el desierto siempre florece el amor de Dios; cualquier gesto de amor es esta flor”. “Queremos que nuestro corazón esté florecido; -dijo don Ricardo- que el Señor nos haga crecer en el amor, en el perdón”.

En el ofertorio, personas de la comunidad llevaron al altar una muñeca, una artesanía, unas sandalias como signo de la misión, semillas, además del pan y el vino.

Al final, se realizó una emotiva y fraterna acción de gracias. Personas de la comunidad manifestaron su agradecimiento al trabajo de la hermana Olga. Hablaron de la tristeza por su partida, el cariño y reconocimiento por su labor, sobre todo con las niñas y niños, con las familias más desfavorecidas. Se refirieron a ella como un pilar, un apoyo para todo el sector. El párroco, P. Guido Castagna, dijo: “La distancia es nada cuando uno ama; le pertenecemos y ella nos pertenece”.

Don Ricardo volvió a tomar la palabra al final. "¿Quién trajo a la hermana? Jesús, Él quiso que viniera y sembrar tanto amor". Dirigiéndose a la religiosa, agregó: "Mire qué fecundo ha sido su servicio. Esta gente es su familia, estos niños son sus hijos". La Hermana Olga se despidió con gran emoción. "Gracias por haberlos conocido; yo, sierva inútil, me voy muy enriquecida". Al final, con un hermoso gesto, todas las personas presentes extendieron sus manos para bendecirla.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 10-12-2020