Conmemoración del 141 Aniversario del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa

Conmemoración del 141 Aniversario del Combate Naval de Iquique y Punta Gruesa

La misa se celebró en la Parroquia del Sagrario, y se transmitió en vivo a través de los medios digitales de Iglesia de Concepción y Radio Chilena. Concelebró, junto al Arzobispo, el capellán de la Segunda Zona Naval, Pbro. Rafael Providell Molina. Además, el personal de la institución participó proclamando las lecturas de la eucaristía.

 
Viernes 22 de Mayo de 2020
Monseñor Fernando Chomali destacó las actitudes heroicas de Arturo Prat, señalando que fue un hombre que amó, un hombre austero con un profundo sentido del deber y que una de las maravillas que nos puede regalar, como legado, es la unidad. Es extraño encontrar una persona que uniera tantas voluntades, como Arturo Prat, un ejemplo de fidelidad. Por eso, trasciende como héroe de la Armada y se convierte en un héroe de la patria. Fue un hombre esforzado, que siendo miembro de la Armada de Chile, estudió derecho, trabajó como abogado, fue profesor, e hizo todos los trabajos que se le encomendaron con una gran vocación de servicio.

El Evangelio, y Arturo Prat con su ejemplo, nos dicen que no debemos ser celosos con las recomendaciones que nos da la autoridad sanitaria. No nos están pidiendo nada extraordinario, pero que lo ordinario lo hagamos bien. Respetar las cuarentenas, los cordones sanitarios y mantener distancias, ese sentido de común, que mientras nos cuidamos nosotros estamos cuidando a las personas que están dando la batalla para salvar vidas, vidas preciosas que cayeron bajo las garras de este virus que tanto nos ha hecho.

“Hoy necesitamos auténticos protagonismos que unan, y no dividan. Protagonismos que sean vínculo de paz, y no de división”, expresó Monseñor Chomali. Luego citó una carta que Arturo Prat le envió a su señora, que quienes tenemos diversas responsabilidades, en los hogares y comunidades, lo podemos leer y hacerlo nuestra: “No cuento entre mis defectos la inconsecuencia, no tengo ninguna ambición. Ni los honores, ni la gloria me arrastran”. Quería servir a la patria como Dios se lo pedía, incluso postergando su vida familiar. Monseñor concluyó: “Por eso, con mucha alegría y soledad, celebro este 21 de mayo, y estoy seguro que muchas familias de las Fuerza Armada, y vinculadas a este héroe, nos están acompañando con la oración. Un arma privilegiada a los ojos de Dios”.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 22-05-2020