Hace diez años, la naturaleza destruyó parte del patrimonio, la historia y miles de viviendas de la zona central de Chile. Nuestra Iglesia estaba dentro de la lista de los damnificados: el 80% de su infraestructura estaba dañada o inutilizable. Templos que por más de cien años se llenaron de fieles, quedaron en el suelo.

Aunque los muros se vinieron abajo, el alma de la Iglesia estaba viva. Tenía que levantarse para ayudar y llevar el consuelo de Dios a los damnificados. Frente a esta situación, la Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) se propuso un gran desafío: levantar 45 Capillas de Emergencia en aquellos lugares que se quedaron sin parroquia. Gracias a la generosidad de cientos de chileno, fue posible hacerlo ese mismo año.

Las Capillas fueron diseñadas por el arquitecto, y ex director de ACN, Gonzalo Mardones. El modelo se basó en el manto de María, dándole el nombre al proyecto “Un manto para Chile”. Bajo esta protección de la Virgen se levantaron estos espacios con capacidad para 100 personas. A pesar de ser una solución temporal, muchas comunidades las siguen usando a la espera de poder construir sus templos definitivos.

A diez años del terremoto, Ayuda a la Iglesia que Sufre sigue trabajando para construir y reconstruir lugares dignos de oración.

Fuente: Ayuda a la Iglesia que Sufre ACN - Chile
Santiago, 27-02-2020