“Ante la prolongación excesiva de esta situación y la imposibilidad de encontrar por nosotros mismos una salida pacífica…”

“Ante la prolongación excesiva de esta situación y la imposibilidad de encontrar por nosotros mismos una salida pacífica…”

Obispo de la ciudad de Los Ángeles envía carta a las comunidades parroquiales llamando a celebrar la Fiesta de la Inmaculada Concepción y Consagrarse a la Santísima Virgen.

 
Sábado 30 de Noviembre de 2019
Al iniciar un nuevo año litúrgico, el Obispo de la Diócesis de Santa María de Los Ángeles; Felipe Bacarreza Rodríguez, ha hecho llegar una misiva, la cual será leida en cada una de las celebraciones litúrgicas de este fin de semana.

En la Carta dirigida al “clero y a todos los fieles de Santa María de los Ángeles” el prelado recuerda las palabras de la Conferencia Episcopal Chilena del 15 de noviembre cuando los pastores nos decían “Nos estremecen los rostros violentados de niños, mujeres, jóvenes y servidores públicos, así como las vidas humanas que se han perdido y las personas gravemente heridas”.

El Padre Obispo Felipe recuerda a los católicos angelinos: “En esa fiesta mariana, tan querida para los chilenos, haremos la consagración de Chile a la Virgen María recitando la Oración por Chile en todos los lugares donde se celebre la Eucaristía. Esta oración la hemos recitado muchas veces. Pero ahora lo haremos con verdadera intención de entregar nuestra patria a la Madre de Dios para que vele por ella como cosa suya e interceda por nosotros ante su Hijo Jesús”.

Finalmente el Obispo Bacarreza dice que “acogiendo este acto de amor y entrega a la Madre y Reina de Chile, ella nos obtendrá de su Hijo la gracia del amor entre todos los chilenos y sus frutos de justicia y de paz, que nos permitan vivir como hermanos”.

Carta a todos los fieles. Consagración de Chile a la Virgen María

Consagración de Chile a la Virgen María Solemnidad de la Inmaculada Concepción Domingo 8 de diciembre de 2019

Carta al clero y a todos los fieles de Santa María de los Ángeles (A leer en las Misas del sábado 30 de noviembre y domingo 1 de diciembre)

Queridos hermanos y hermanas en el Señor:

El estallido social que se ha producido en nuestra patria, a partir del 18 de octubre, motivado por justas demandas de la población, ha tomado, sin embargo, el camino de la violencia, por acción de grupos minoritarios. En nuestra declaración del 15 de noviembre, casi un mes después del comienzo de la crisis, los Obispos de Chile decíamos: «Nos estremecen los rostros violentados de niños, mujeres, jóvenes y servidores públicos, así como las vidas humanas que se han perdido y las personas gravemente heridas. Nos impacta la destrucción material de edificios públicos y privados, incluso de lugares de culto, llamados a ser espacios de paz y de oración. Nos preocupa gravemente la sensación de incertidumbre y miedo, la angustia de mucha gente por no saber qué ocurrirá mañana» (Declaración CECH, 15 de noviembre 2019). Es muy triste ver en nuestras ciudades que unos chilenos protegen sus lugares de trabajo y sus hogares con planchas de zinc y otros medios contra el ataque de otros chilenos que quieren destruirlos. En realidad, se ha extinguido en nuestra patria el amor fraterno.

Ante la prolongación excesiva de esta situación y la imposibilidad de encontrar por nosotros mismos una salida pacífica, nos volvemos a nuestro Señor Jesucristo, en la certeza de que sólo Él puede salvarnos. Lo decimos con las palabras de San Pedro: «No hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres por el cual nosotros podamos ser salvados» (Hech 4,12). Él nos salva a su modo divino, es decir, infundiendo en nuestros corazones el amor, con todas sus expresiones: «alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí» (Gal 5,22-23). Nos volvemos a Él por intercesión de su Santísima Madre, la Virgen María, que, en su advocación del Carmen, reconocemos como Madre y Reina de esta patria nuestra.

Nuestra patria asemeja en este momento a aquella lejana boda de Caná, que estaba amenazando con fracasar por falta de vino (cf. Jn 2,1-11). Pero, «estaba allí la Madre de Jesús». Ella percibe la amenaza y recurre a su Hijo, diciéndole: «No tienen vino». Sabemos que, en la Escritura, el vino es símbolo del amor. Es esto lo que faltaba; faltaba no sólo en esa boda, sino en toda la humanidad. Es esto lo que falta ahora en nuestra patria. Jesús interviene y provee el vino nuevo, excelente y abundante que concede a todos alegría y felicidad. Él puede infundir el amor en el corazón de todos los chilenos, que conceda a cada uno olvidarse de sí mismo y procurar el bien de los demás. Queremos que la Virgen María, como lo hizo en aquella boda, tome ahora a nuestra patria bajo su protección y nos obtenga esa salvación que anhelamos. Que diga a su Hijo divino: «No tienen ya amor». Y nos obtenga este don divino.

El 8 de diciembre próximo, no obstante ser el Domingo II del tiempo de Adviento, la Santa Sede concedió a nuestra patria poder celebrar la Solemnidad de la Inmaculada Concepción. En esa fiesta mariana, tan querida para los chilenos, haremos la consagración de Chile a la Virgen María recitando la Oración por Chile en todos los lugares donde se celebre la Eucaristía. Esta oración la hemos recitado muchas veces. Pero ahora lo haremos con verdadera intención de entregar nuestra patria a la Madre de Dios para que vele por ella como cosa suya e interceda por nosotros ante su Hijo Jesús.

Los Obispos de Chile promulgamos esa consagración en la citada declaración del 15 de noviembre: «Invitamos a vivir en todo el país y en cada Diócesis un gran día de oración por Chile el próximo 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, en que consagraremos el país a la protección maternal de la Virgen María en todas nuestras celebraciones eucarísticas, rezando la Oración por Chile. Preparemos nuestro espíritu durante este Mes de María incrementando nuestra plegaria por nuestro pueblo y haciendo penitencia por nuestros pecados personales y sociales que han contribuido a las injusticias y la violencia».

Personalmente, haré esa consagración en las dos grandes celebraciones que presidiré ese día 8 de diciembre: en el Santuario La Purísima de San Carlos de Purén en la Eucaristía de las 12 horas y en la conclusión de la procesión que parte de la Catedral de Santa María de los Ángeles a las 18 horas y culmina con la Eucaristía en el Santuario de Schönstatt.

Pido a los presbíteros que en todas las Eucaristías que se celebren en nuestra Diócesis, en esa Solemnidad de la Inmaculada Concepción, después de explicar a los fieles su sentido, hagan ese acto de consagración, según el sencillo rito que se enviará. La fórmula de la «Oración por Chile» se distribuirá a los fieles en ese momento. Y a todos los fieles pido que este domingo 1 de diciembre y los últimos días del Mes de María preparen su corazón con más oración y penitencia para hacer esa consagración de sí mismos y de todo Chile a la Virgen María.

Confiamos en que, acogiendo este acto de amor y entrega a la Madre y Reina de Chile, ella nos obtendrá de su Hijo la gracia del amor entre todos los chilenos y sus frutos de justicia y de paz, que nos permitan vivir como hermanos.

Aprovecho con gusto la ocasión para abrazar y bendecir a todos con vivo afecto en Jesús y María Stma.

+ Felipe Bacarreza Rodríguez
Obispo de Santa María de los Ángeles
Domingo 1 de diciembre, I de Adviento

Fuente: Comunicaciones Los Ángeles
Los Angeles, 30-11-2019