1. Como la mayoría de la población, estamos conmovidos y preocupados por lo que estamos viviendo como país en estos días, situación que también se ha sentido con fuerza en nuestra Región. Compartimos los profundos malestares sociales que se están expresando en las manifestaciones ciudadanas y nos impactan las expresiones de violencia que dañan nuestra convivencia y el respeto que nos debemos unos a otros. Esperamos que se establezca a la brevedad un diálogo social que nos permita repensar el país que estamos construyendo, abordando las problemáticas más graves que cotidianamente afligen a los chilenos.

2. Junto con ayudar a restablecer un clima de paz y seguridad, creemos que los creyentes debemos estar más dispuestos a participar en la vida social y política del país, en sus diferentes niveles, para contribuir al bien común y generar un ambiente de confianza entre nosotros. Es un camino que hay que recorrer para que la paz en la justicia se haga realidad. Los males y vicios de la política “no justifican lo más mínimo ni la ausencia ni el escepticismo de los cristianos en relación a la cosa pública” (Christifideles laici N° 42).

3. Necesitamos también “orar siempre, sin desanimarse jamás”, como nos decía el Señor en el evangelio del domingo pasado. Por eso invitamos a las parroquias, movimientos, colegios y fieles en general a crear en estos días instancias de oración, para pedir al Señor por la paz. La oración de intercesión, nos dice el Papa Francisco, “expresa el compromiso fraterno con los otros cuando en ella somos capaces de incorporar la vida de los demás, sus angustias más perturbadoras y sus mejores sueños” (Gaudete et exultate N° 154).

Como un signo diocesano de oración, pedimos que en cada Parroquia se organice esta semana, el día miércoles o jueves, una hora de adoración eucarística, invitando a participar a los fieles.

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán , 25-10-2019