Diáconos permanentes vivieron su día en un ambiente de oración y alegría

Diáconos permanentes vivieron su día en un ambiente de oración y alegría

En el contexto de la festividad de san Lorenzo, el diaconado permanente de la Iglesia de Concepción, celebró con alegría y esperanza, en la comunidad Santo Tomás Apóstol de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, en Hualpén, respondiendo de esta manera al espíritu de una “Iglesia en salida”.

 
Martes 13 de Agosto de 2019
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Jorge Becerra, coordinador, dio a conocer que participaron 22 diáconos y aspirantes al diaconado permanente junto a sus respectivas esposas, viviendo momentos de oración y compartiendo la alegría de la fe. La jornada se inició con la adoración al Santísimo, luego la celebración de la eucaristía presidida por el padre Marcelo Bustos, director del diaconado permanente y, finalmente, un compartir fraterno, que fue amenizado por un conjunto de bailes latinoamericanos.

El padre Marcelo valoró el gran servicio de los diáconos permanentes en la Iglesia de Concepción. “El diácono permanente es una realidad que la Iglesia incorporó luego del Concilio Vaticano II. Siempre han existido diáconos en la Iglesia, pero siempre en referencia a un tránsito o transición para ser presbíteros. El diácono permanente es un hombre casado o también puede ser un hombre célibe y tiene por función lo que la Iglesia ha establecido para ello, primero el servicio, porque es un agente muy importante de evangelización sobre todo en los tiempos actuales, donde tiene un servicio litúrgico; tiene un servicio activo de la caridad y más que lo que ellos hacen es mejor decir lo que ellos son, porque en esencia son servidores. Ellos tienen que encarnar la figura de Cristo servidor”, subrayó.

Especialmente, en el contexto de la Iglesia de Concepción, el sacerdote valoró la formación de los diáconos permanentes, que se logra con alianza entre la Escuela del Diaconado Permanente con la UCSC. “Esta alianza viene desde hace muchos años. Hay que destacar que la Iglesia en Chile ha sido una de las primeras en restablecer, después del Concilio Vaticano II, la figura del diaconado permanente. En ese sentido, en Concepción, tenemos uno de los primeros 10 diáconos permanentes de Chile – don José Cabezas -, en la década del 70. Es fundamental la formación, pero más importante aún es el sano discernimiento. Es decir, descubrir si tienen o no vocación para el diaconado”, añadió.

A su juicio, el padre Marcelo recalcó que el diácono permanente es una persona importante para la Iglesia. “Yo vengo de una comunidad con diáconos permanentes; fui bautizado por un diácono permanente (parroquia Santa Cecilia). El diácono permanente no es un auxiliar del sacerdote, sino que su ministerio ya es un testimonio propio. Qué hermoso ver cuando comparten esta doble sacramentalidad. Por un lado, son esposos y el ejercicio completo de su sacramento y entregan un tiempo al servicio de la Iglesia e incluso, algunos su tiempo completo”, comentó.

En la Arquidiócesis de Concepción existen alrededor de 50 diáconos permanentes y, en formación, un número importante. “Muchas de las parroquias cuentan con el servicio de diáconos permanentes. Hay ejemplos como don René Izquierdo que va a prestar un gran servicio en los cerros de Talcahuano, dando un hermoso testimonio, porque incluso se fue con su familia a ese lugar. No es el único ejemplo, porque hay otros que van a Florida, como don Víctor Sánchez; el caso de don Bernabé Figueroa, que siendo de Penco, se va a servir a Tomé y Dichato y también hay diáconos que prestan su apoyo en la provincia de Arauco”, resaltó, indicando que justamente, en Arauco, está funcionando una filial de la Escuela del Diaconado Permanente, que responde, como lo ha dicho monseñor Fernando Chomali, de ir a la frontera, de acercar la formación, “porque sería muy complejo que una persona de Tirúa pueda acceder a la formación que se imparte en Concepción”, acotó.

El padre Marcelo se alegró de contar con diáconos permanentes de una diversidad de profesiones. “Hay diáconos permanentes que son abogados, ingenieros, profesores, asistentes de la educación, personas del mundo de la empresa y de la salud. También hay muchos hermanos que después de haber dedicado mucho tiempo a su trabajo, estando jubilados y pudiendo dedicarse al descanso, han entregado generosamente este tiempo al servicio de la Iglesia”, concluyó.

Fuente: Comunicaciones Concepción

Concepción, 13-08-2019