Arzobispo de La Serena presentó Carta Pastoral titulada "Mirar hacia donde el Espíritu Santo nos impulsa"

Arzobispo de La Serena presentó Carta Pastoral titulada "Mirar hacia donde el Espíritu Santo nos impulsa"

El documento responde al trabajo de numerosos agentes pastorales, personal consagrado y constructores de la sociedad que presentaron sus reflexiones en asambleas eclesiales extraordinarias realizadas el 2018.

 
Miércoles 05 de Junio de 2019
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El domingo 2 de junio, solemnidad de la Ascensión del Señor, el Arzobispo René Rebolledo Salinas presentó su segunda Carta Pastoral titulada Mirar hacia donde el Espíritu Santo nos impulsa, frase que el Papa Francisco incluye en su Carta “Al Pueblo de Dios que peregrina en Chile”, publicada el 31 de mayo de 2018. El documento, elaborado a partir de la síntesis entregada por la Vicaría de Pastoral, responde a las reflexiones de los agentes de pastoral, laicas y laicos, como también consagrados, religiosas y religiosos, diáconos y sacerdotes y a los constructores de la sociedad, en asambleas que tuvieron lugar el año 2018 con motivo de la crisis que vive la Iglesia en nuestro país.

Jesucristo Buen Pastor

Comienza su carta el Arzobispo haciendo referencia a la bella figura bíblica del Buen Pastor: “para los discípulos misioneros del Señor, que por el sacramento del Bautismo fuimos configurados con Él, es un gran desafío asumir las actitudes de Jesucristo, Buen Pastor, en toda circunstancia, cuando el camino es llevadero e igualmente al afrontar retos complejos. Justamente en estos acontecimientos, Cristo resucitado, el Buen Pastor que dio la vida por sus ovejas y se entregó a la muerte por su rebaño (Antífona de la comunión, Eucaristía 4° domingo de Pascua), en sus actitudes nos desafía a ser buenos discípulos: conociéndolo más profundamente, escuchándolo, dejándonos interpelar por su mensaje siempre novedoso, convirtiendo nuestra vida según su Palabra, siguiéndolo, celebrándolo, anunciándolo y practicando todo cuanto Él nos ha enseñado”.

Aportes en asambleas arquidiocesanas

En el primer acápite de la Carta, el Arzobispo hace mención de las asambleas eclesiales extraordinarias que tuvieron lugar en la Arquidiócesis en año 2018 para acoger, reflexionar y proyectar la Carta que el Santo Padre Francisco dirigiera al pueblo de Dios en nuestro país: “una especial jornada de reflexión tuvo lugar el sábado 11 de agosto de 2018, en el colegio Inglés Católico, con una participación de 270 agentes pastorales provenientes de las cuatro vicarías, como también un encuentro con líderes sociales que se realizó el lunes 26 de noviembre en la Casa de Ejercicios “El Tránsito”. Una síntesis de los aportes de estas instancias de reflexión me fue entregada el martes 12 de marzo de 2019 por parte de la Vicaría Pastoral. Acojo este fruto con agrado en esta Carta que dirijo al Pueblo de Dios que peregrina en nuestra Arquidiócesis”.

Hace mención, el Pastor Arquidiocesano del significativo gesto que se realizó en la asamblea eclesial extraordinaria, para pedir de Dios y de los hermanos el perdón: “Con sincera humildad hemos pedido perdón por los abusos de poder, conciencia y sexual que se han cometido en nuestra arquidiócesis. El gesto lo hemos realizado, públicamente y en comunión, representantes del pueblo santo de Dios. En esa ocasión, se realizó un significativo acto por parte de quienes están llamados a pastorear la Iglesia en La Serena en comunión con el pueblo de Dios. “Junto a la petición de perdón a Dios y a las hermanas y hermanos que han sido vulnerados, proseguimos orando por quienes han sufrido y sufren aún hoy las graves consecuencias de los abusos. Es uno de nuestros mayores anhelos estar cerca de ellos, poner nuestro mayor empeño en ayudar a reparar el daño causado y comprometernos a seguir trabajando por potenciar ambientes sanos y seguros para quienes se acercan a nuestras comunidades y parroquias, como a toda instancia eclesial. Que en dichos espacios puedan nuestras hermanas y hermanos encontrarse con el Señor, a quien están buscando. Frente a estos lamentables hechos nuestra actitud será de total colaboración en la búsqueda legítima de la verdad tanto ante la justicia ordinaria como en la eclesial”, expresó.

Sinodalidad, formación y testimonio

En las mencionadas asambleas, en varios de los aportes fueron señalados los temas, sinodalidad, formación y testimonio que el Arzobispo afronta en el acápite tercero: “proseguir tomando conciencia de la grave crisis que nos afecta. Juntos debemos trabajar en la prevención de todo tipo de abuso, de tal modo que no dejemos espacio a situaciones que pudieren permitirlos o encubrirlos. Favorecer sinodalmente un cambio de actitud en todo el Pueblo de Dios y en su misión, sin duda, propiciará la renovación eclesial tan deseada. Los participantes en las asambleas puntualizan que se debe, por otra parte, evitar actitudes contrarias a la sinodalidad, como podrían ser, estilos autoritarios y hasta dictatoriales, así como la escasa participación de laicas y laicos en resoluciones de la vida pastoral. La orientación es potenciar un liderazgo participativo, creativo y sobre todo corresponsable. Juntos somos el Pueblo de Dios que peregrina en las provincias Elqui y Limarí y todos debemos ser partícipes en comunión de la construcción del Reino del Padre eterno que su Hijo Jesús ha inaugurado entre nosotros con su presencia, palabra y obras”.

“La Arquidiócesis ha sido generosa en la formación de laicas y laicos que asumen un compromiso responsable en sus comunidades. Son centenares de fieles que sirven con gran generosidad en las más diversas instancias de evangelización en pueblos y ciudades, hasta en los lugares más apartados geográficamente del centro de la Arquidiócesis, que en este sentido es sumamente exigente por los más de quinientos pueblos que la conforman. No obstante, el esfuerzo debe ser aún mayor. Los fieles, laicas y laicos, jóvenes y adultos, así como la vida religiosa, interpelan a la comunidad, por una formación integral, actualizada y concorde al servicio pastoral específico”.

En cuanto al ámbito testimonial, “la Arquidiócesis tiene una bella historia evangelizadora que contar. Son numerosos los presbíteros y consagrados, religiosas y religiosos, diáconos permanentes, agentes de pastoral e integrantes de los bailes religiosos, jóvenes y adultos, niños y adolescentes que han dado un maravilloso testimonio de amor a Jesucristo y a la Iglesia. Damos gracias a Dios por contar entre nosotros con estos edificantes testimonios. La exigencia es también para nosotros, los actuales miembros del Pueblo de Dios. Es preciso volver a la fuente y al punto de partida: el bautismo que nos ha santificado, para ser en la Iglesia y en el mundo testigos de Cristo con la palabra, la vida y las obras”.

Afrontar los desafíos

Son numerosas las tareas que corresponsablemente se deben asumir por parte de consagrados y laicos a partir de las reflexiones expuestas en la Carta: “Para favorecer sinodalmente la conversión pastoral se promoverá con urgencia la renovación de los consejos pastorales, tanto a nivel arquidiocesano como parroquial. El consejo pastoral es la entidad que debe liderar y transparentar a la comunidad el proyecto pastoral de la Arquidiócesis y el de las parroquias. La misión es compartida y exige la corresponsabilidad”.

“En las parroquias se establecerá el consejo pastoral ampliado y en la Arquidiócesis el consejo pastoral ampliado arquidiocesano. Oportunamente se dará a conocer al personal consagrado, a los diáconos permanentes y a los presbíteros, como también a los agentes de pastoral y a los fieles el estatuto para el funcionamiento de estos consejos. De igual modo, las vicarías, áreas y comisiones realizarán su servicio en equipos conformados con este especial propósito, donde el rol de liderazgo corresponde a los laicos y laicas y la asesoría a las consagradas y consagrados e igualmente a los presbíteros y diáconos permanentes”.

En tanto, una de las medidas “para favorecer una formación integral, actualizada y concorde al servicio pastoral específico se procederá a una renovación del Instituto Pastoral Arquidiocesano (IPA), reasignándole la misión de la formación permanente de los agentes de pastoral, que es, sobre todo, un crecimiento en el espíritu para un apostolado según el ejemplo de Cristo Buen Pastor, promoviendo auténticos discípulos misioneros, comprometidos y corresponsables en la edificación de la Iglesia en nuestros tiempos. Dada la amplitud territorial de la Arquidiócesis el IPA ofrecerá sus servicios también a través de las vicarías y utilizando los medios de comunicación a disposición”.

Otro de los aspectos importantes a considerar es la prevención de abusos tanto de poder, conciencia o sexuales. Por ello, “de particular importancia en este ámbito es el fortalecimiento de la Comisión arquidiocesana de Prevención y acompañamiento a víctimas que nos hemos propuesto concretar. Con aún mayor impulso esta Comisión debe velar por la formación de todos los agentes de pastoral en el campo de la prevención del abuso, de tal modo que, pasado un trienio de la publicación de estas orientaciones, todos ellos debieran contar con la certificación y la adhesión explícita al espíritu de renovación eclesial que impulsamos en la Arquidiócesis”.

Finalmente, “Para favorecer una actitud testimonial, siendo en la Iglesia y para el mundo testigos de Cristo con la palabra, la vida y las obras, se procurará ante todo tender a una Iglesia cercana, de puertas abiertas, que sabe acoger a todos, especialmente a los más pobres y humildes, según el ejemplo de Cristo Buen Pastor”.

Proceso de elaboración y reflexión

En el proceso de tabulación y ordenamiento de los aportes, fueron numerosas las personas que participaron. Uno de ellos fue Alejandro Cuturrufo, laico que desempeña labores pastorales en el ámbito de la docencia. “El trabajo que hicimos con todo este material fue de análisis, estudio y ordenamiento con la idea de recoger el sentir de quienes participan en las distintas unidades pastorales. Esto derivó en la entrega de un dossier con información a la Vicaría de Pastoral y a nuestro Arzobispo para confeccionar la Carta donde se nos invita a trabajar y avanzar en la recuperación de las confianzas y la conversión pastoral”.

En tanto, el P. José Manuel Tapia, Vicario de Pastoral, expresó: “el acento está en que miremos donde el Espíritu Santo nos guíe, orientando este caminar precisamente desde lo que laicos y laicas han expresado y aportado en su discernimiento y conclusiones. Esperamos que mediante la Carta Pastoral vuelva esta riqueza a las comunidades y marque nuestro estilo de vida parroquial y comunitario, que sintamos que caminamos juntos en escucha, corresponsabilidad y compromiso mutuo”.

Fuente: Comunicaciones La Serena
La Serena, 05-06-2019
Documentos Adjuntos: