Cientos de personas llegaron hasta la Catedral de Copiapó este miércoles 17 de abril, para celebrar la Misa Crismal, que fue presidida por el obispo emérito de la diócesis, Monseñor Gaspar Quintana.

"Manifestamos públicamente nuestra alegría por nuestra consagración"

Antes del rito penitencial, el administrador diocesano, P. Jaime Pizarro, tomó la palabra. "El presbiterio quiere manifestar públicamente nuestra alegría por nuestra consagración, en este tiempo difícil, a pesar de los problemas por la mala manera de enfrentar las denuncias y abusos; no nos avergonzamos de haber sido llamados a este ministerio", señaló, y agregó: "Queremos renovar este servicio a Dios y a los hermanos", pidiendo "la fuerza de la oración de ustedes, su compañía y cariño, para que seamos servidores atentos y valientes".

En la homilía, el Obispo llamó a reflexionar sobre cómo reaccionan pastores y fieles "frente a las dificultades que van apareciendo, o los comportamientos ante las acusaciones o sospechas de la opinión pública frente a los escándalos y los abusos de poder que se dan al interior de la vida eclesial". También dio las gracias a los sacerdotes "por todo lo que Uds. van realizando, acompañando a su Obispo, sirviendo fielmente a su pueblo, en especial a los más pobres y solos. Nos llena de esperanza y alegría el contar con Jesús, que nos dice: Yo estaré con ustedes hasta el final de los tiempos".

Después de la homilía, los presbíteros renovaron sus promesas sacerdotales, recibiendo cada uno, un abrazo paternal de don Gaspar. Luego tuvo lugar la bendición de los óleos de los enfermos y la consagración del santo crisma. En las ofrendas se presentó al altar una estola y una caja con mercaderías junto al pan y al vino.

Después de la misa se vivieron momentos de fraternal alegría en el patio del Obispado, donde las personas pudieron saludar a los sacerdotes y de manera especial al Obispo emérito.

Fuente: Comunicaciones Copiapó
Copiapó, 18-04-2019