Un mensaje destinado iluminar el actuar de las personas de buena voluntad y fieles católicos de Calama sobre el respeto y defensa de la vida y en respuesta a la decisión del Ministerio de Salud sobre el uso de “la píldora del día después” entregó Mons. Guillermo Vera Soto, Obispo prelado de Calama.

La declaración, que adhiere a lo expresado por el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, señala que el respeto a la vida humana no admite discriminaciones: es don de Dios que invita a participar de ella.

La Iglesia siempre ha condenado el aborto y la anticoncepción, males en los cuales muchas veces se cae por miedo, ignorancia, presiones indebidas y también por egoísmo, recuerda el pastor.

Al legitimar la entrega de “la píldora del día después”, señala Mons. Guillermo Vera, en caso de violación se pretende contrarrestar este mal con otra violación, esta vez con la de una vida humana. A su juicio, la disputa surgida lleva a pensar que la entrega será cada vez más amplia lo que hará crecer una conciencia anti vida.

Manifiesta la necesidad de recorrer el camino de la educación al amor, a la sexualidad y a la familia, a la maternidad y paternidad responsables a la cultura de la vida. Propone, para ello, que los comunicadores ayuden a acoger este maravilloso don de Dios, que es toda vida en gestación, como asimismo el aprecio a quienes lo aceptan y ayudan a crecer.

En la sociedad calameña - expresa el Obispo-, en la que también se sufre con hechos tristes de violación y en la que existen jóvenes que viven su sexualidad en forma apresurada e irresponsable, es necesario favorecer una mayor seguridad ciudadana, educación sexual clara y recta, cimentada en valores, con acompañamiento a los jóvenes que les permita humanizar con inteligencia su vida efectiva aspirando a formar una familia sostenida en el amor responsable y comprometidos con la fidelidad.


Ver texto completo de la Declaración de Mons. Guillermo Vera, Obispo Prelado de Calama

Calama, 06-05-2004