A mis hermanos Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile:
Junto a un cordial saludo, les escribo, por encargo del Comité Permanente de la CECh, después de escuchar la recomendación de varios de ustedes que ejercen su ministerio en zonas predominantemente agrícolas, en las cuales la escasez de agua ya está manifestando sus graves efectos, situación que preocupa al país en su conjunto.
Sin perjuicio de las decisiones que están adoptando las autoridades para enfrentar de un buen modo esta sequía, y de las actuaciones de cada obispo en su respectiva diócesis; creemos que sería prudente aportar como Iglesia algunos gestos y acciones comunes a los que respetuosamente les invito:
1. Promover en sus diócesis que las parroquias y demás instituciones católicas
adhieran con generosidad a los esfuerzos de ahorro energético a los que la comunidad nacional ha sido llamada.
2. Animar en las familias y comunidades una
reflexión sobre la valoración del agua y demás recursos naturales, maravillas de la Creación que el Señor nos regala a diario, dones que no siempre cuidamos y compartimos.
3. Promover una
intensa oración para que no falte durante este año la benigna y suficiente lluvia, tan necesaria también en estos días. En particular, les invitamos a
incluir esta intención en la plegaria universal de la Santa Misa, hasta que se estime prudente en cada diócesis; lo mismo en la oración personal, familiar y comunitaria. De un modo especial confiamos esta intención a las congregaciones religiosas y las de vida contemplativa. Para este fin nos permitimos proponer que se invite a rezar con devoción y confianza por esta necesidad usando las siguientes fórmulas:
Para la Oración Universal en Misas:
Pidamos al Padre de bondad,
que con el agua nos regala vida,
que envíe este año
la lluvia que Chile necesita
y dé fruto abundante a esta tierra,
para el bien de quienes vivimos en ella.
Roguemos al Señor.
Para la Oración personal, familiar o comunitaria:
Padre de bondad,
que en el agua nos regalas vida,
envía la lluvia que nuestro Chile necesita,
bendice a esta tierra con fruto abundante
para el bien de quienes vivimos en ella.
Te lo pedimos por Cristo, tu Hijo,
manantial de agua viva,
y por la intercesión de la Virgen del Carmen, madre de Chile.
Amén.
4. En aquellos lugares donde haya costumbre, también podrían celebrarse procesiones para pedir el don de la lluvia, junto a la imagen de la Santísima Virgen, de san Isidro Labrador, de los santos chilenos o de los patronos de cada lugar.
En las próximas horas, el Comité Permanente de la CECh hará pública una Declaración titulada “Pidamos la lluvia al Dios de la vida”, que aquí se adjunta, en la cual invitamos a todos los fieles a unirse en una común plegaria por esta intención.
Agradeciendo la generosa colaboración de ustedes en este propósito, les saluda con afecto en el Señor y María Santísima,
† Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile
Santiago, 5 de marzo de 2008
