Obispo Óscar Blanco Martínez presidió solemne Te Deum.
Con la presencia de las máximas autoridades de la Región de Antofagasta, provincia y comuna, invitados especiales y fieles se celebró en la Iglesia Catedral de Calama, el solemne Te Deum aniversario 138 de la ciudad.
Presidida por el Obispo Óscar Blanco Martínez y acompañado por sacerdotes y diáconos de la Diócesis San Juan Bautista, fue la oportunidad para agradecer a Dios por un nuevo año de la comuna, sus autoridades y habitantes.
El Obispo señaló que a menos de un año de su llegada como pastor, no se sentía con toda propiedad para hablar en un acto tan noble sobre Calama, situación y futuro. Por tanto pidió a un calameño responder ¿Por qué darías gracias a Dios en este nuevo aniversario de tu comuna?.
Al respecto el Pastor relató: “Doy gracias por la vida que se gesta en la familia calameña, por mi tierra, tantas veces vapuleada y ofendida; pero linda hermosa y preciosa. Por mi gente, por los que han nacido aquí y por los que han llegado de otros lugares. Por el trabajo de los hombres y mujeres de mi tierra, por la experiencia de nuestros adultos mayores, por las autoridades de ayer y de hoy; por el profesor, el carabinero, el militar y el enfermero. Por los que estamos por años y por los que están de paso, por los de arriba y por los de abajo, por las manos curtidas y los rostros cansados, por las costumbres y tradiciones de nuestras comunidades indígenas, por las siembras y cosechas de la pre-cordillera. Porque somos pueblo y somos Iglesia, por la fe que heredamos de nuestros padres y que danzan nuestros bailes religiosos, Por la esperanza de los jóvenes y el amor de los hermanos. Por eso doy gracias a Dios”.
También el Obispo Óscar Blanco, mencionó que también preguntó a una persona que vino de afuera y que echó raíces en esta tierra y se considera un calameño más. ¿En tu mirada, Qué crees que habría que trabajar en Calama para que sea una ciudad más justa, fraterna e inclusiva?
Contó que éste le respondió: “Los que llegamos de otros lugares, no tardamos en corroborar que muchas veces esta tierra de oportunidades y motor de la economía de Chile, ha sido injustamente tratada. Extenso desierto, sequedad, vientos empolvados, lejos del centro, medio ambiente contaminado y con escases de agua y otras características, la determinan como un lugar donde no se elegiría para vivir”.
Y continuó, “Es tiempo en que comencemos a querer a esta Calama, no podemos quedarnos con políticas y acciones que apunten solo a mejorar la productividad, contaminando el medio ambiente y explotando sus recursos. Es absolutamente necesario que el desarrollo también fomente una mejor calidad de vida, muchos se sentirán felices de quedarse, hacer familia y proyectarse aquí.
Monseñor Blanco, resaltó que en su respuesta le expresó, “Debemos comenzar a rescatar la identidad de esta zona. Calama es un Oasis andino y minero, sin embargo, una serie de influencias, contribuyen a distanciarla de esa necesaria identidad y por consiguiente desincentivan el apego a sus tradiciones”.
Finalmente Monseñor Óscar Blanco tomando las palabras del Evangelio de Lucas 6, 46-49 que se escuchó en la celebración, señaló que el Señor nos habla de la construcción de una casa, símbolo de la construcción de la casa común, que requiere buenas gestión y planificación trasparente, que sea habitable, con servicios básicos al alcance de todos y todas, con bases sólidas, donde hoy todos los que habitamos nos sintamos comprometidos, manifestando los criterios de servicio y honestidad, renunciando a los intereses particulares, porque en Calama todos somos importantes.
Fuente: Comunicaciones Calama
Calama, 23-03-2017