Mensaje de Pascua de Resurrección 2005 del Cardenal Francisco Javier Errázuriz

¡Quédate con nosotros, Señor resucitado!

Mensaje de Pascua de Resurrección 2005 del Cardenal Francisco Javier Errázuriz

En un emotivo mensaje, el Arzobispo de Santiago llamó a recibir a los jóvenes misioneros como "mensajeros de la vida y de la paz" y a alentarlos en su acción evangelizadora.

 
Sábado 26 de Marzo de 2005
“En esta celebración llena de alegría y esperanza, abramos todas las puertas cerradas por temor y el sufrimiento para que Cristo entre en nuestro propio interior, en nuestras familias, en nuestros lugares de estudio y de trabajo, en nuestros proyectos y en nuestra cultura”, señala el Arzobispo de Santiago, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, en su Mensaje de Pascua de Resurrección, titulado “¡Quédate con nosotros, Señor Resucitado!”

“Digámosle con mucha gratitud en este año de la Eucaristía: ‘quédate con nosotros, Señor’, quédate como el pan de nuestros días, como la esperaza de nuestros corazones, como la luz de nuestros pasos, como el aliento y la paz de nuestra vida”, agrega el mensaje del Arzobispo de Santiago.

Más adelante, expresa que “ofreciendo la cruz con amor a Dios y a los hermanos, el camino de la cruz transfigura el dolor y acrecienta nuestra sed de salvación, nos hace comprensivos y misericordiosos, y atrae sobre nosotros la luz de la Vida y de la Resurrección”

Manifiesta, asimismo, que es la fuerza de la resurrección lo que ha impulsado hacia la santidad de Teresita de los Andes, a Laurita Vicuña y al beato Alberto Hurtado. Y añade que “fue la vida nueva en el Señor, aspirando a los bienes de arriba, la que movió a tantos santos extraordinarios, a contemplar a Dios, a cultivar la amistad con él, a inspirarse en la santidad y la misión de María, y a sembrar así el bien a manos llenas en nuestro mundo”.

A continuación se refirió al significado que tiene la Misión Juvenil que se inicia, justamente este Domingo de Resurrección, al decir que “en esta fiesta de la Resurrección, con la alegría de haber experimentado la fecundidad de los caminos del Evangelio, y de haber compartido la fe en Cristo en innumerables comunidades cristianas a lo largo de Chile, comienza una gran misión juvenil. Quienes se acercaron al Señor, y descubrieron en él el torrente de agua viva que ahora da alegría y fecundidad a su vida, quieren ir al encuentro de otros jóvenes, para hacerles fácil un profundo encuentro con Cristo que los vivifique y los llene de fuerzas y esperanza. Recibámoslos como mensajeros de la vida y de la paz; alentémoslos y apoyémoslos en su acción evangelizadora”, indica el mensaje del Cardenal Errázuriz.

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Fuente: DOP Santiago
Santiago, 26-03-2005